Cristo es el el centro que nos rodea al despertar con las campanas de la Iglesia a las 6 am de la mañana ahora en invierno, nos recuerda nuestras oraciones en la mañana y nos invita con alegría a la mayor participación que tiene un cristiano, la celebración de la Santa Eucaristía. A las 12 pm, estés donde estés siempre te recuerda, una imagen de la Gospa, un crucifijo del supermercado, o un rosario en el manillar de una bicicleta, rezar el Ángelus… Que paz se respira y que tranquilidad, a las 17 pm ya comienza el horario de la parroquia, Medjugorje no puede entenderse sin la vida parroquial, sin esa comunidad que todos los días nos vemos en misa o rezando el Santo Rosario, con las mujeres mayores nacidas allí, que nos dan una lección de vida y de oración. Comenzamos con el Santo Rosario, proseguimos con la Eucaristía para luego terminar con una oración de sanación, el Rosario de la paz y en algunos días adoración al Santísimo o veneración a la Cruz. Después de la última bendición, regresamos a nuestras casas con la paz en nuestras almas, da igual que haya una guerra o que tengas todos los problemas del mundo, tu te vas con Cristo en tu corazón a cenar y a descansar. Descansando junto a mi marido a los pies del monte Krizevac y en mi lado derecho el monte de las Apariciones.. ¿Qué más puedo pedir?.. Si, se puede decir, que en Medjugorje Jesús es nuestro centro las 24 horas del día.